ANTES SERDÁN, AHORA HIDALGO.
- Crónicas fragarias.
- 31 mar 2019
- 2 Min. de lectura

Los portales de este mercado hacen de él, una fachada característica de la ciudad fresera. Hoy sábado 23 de marzo tuve la oportunidad de acudir y hacer mis compras al famoso mercado Miguel Hidalgo ubicado en la plaza con el mismo nombre. Al entrar al mercado de lo primero que mis instintos perciben, es el del aroma a carne cruda que había, pues los puestos de carnicerías se hacían notar a primera instancia. Cabezas de puerco, patitas de pollo, hígado, viseras entre otras cosas que se encontraban en los puestos, causan en mí un poco de asco y desagrado ya que su olor no era nada agradable. Empecé a caminar y al llegar a uno de los pasillos centrales del mercado, pude parar en un puesto dónde vendían tunas, nopales, xoconostle, cilantro, entre otras cosas, la señora que atendía el puesto, Marta, me contó que su abuela le decía que antes el mercado se llamaba Aquiles Serdán, también, que adentro del mercado se encontraba la fuente Florentina (fuente de la que hablamos la crónica pasada), me comentó que un incendio terminó con gran parte del mercado y qué tuvo que ser demolido; ya para 1964 se volvió a edificar, pero ahora con el nombre con el que actualmente se le conoce. Cuando la señora Marta me contaba esto, una señora que pasaba por ahí, nos dijo que cuando iban a reconstruir el mercado en el 64, habían dos carnicerías que se oponían a la reconstrucción, pero cuando vieron que la maquinaria llegó y comenzaron a derribar muros, no pudieron resistirse y gracias a esto el comercio de Irapuato empezó a mejorar.

Al terminar de escuchar aquellas anécdotas llegué a uno de los pasillos más frescos y con mejor aroma, era el pasillo en donde se encontraban la mayoría de los floristas, estaba rodeada de rosas ,margaritas, girasoles, entre muchas más flores que desprendían un olor y un brillo demasiado hermoso. Todas eran diferentes tanto en la variedad de flores que tenían, como hasta en los vendedores que las atendían. Ahí tuve la oportunidad de descubrir que las personas que hacen arreglos florales también deberían de ser llamados artistas. Qué hermosa vocación ¿no creen? Sin duda que aquella visita dejó algo de historia en mí , algo de experiencia, dejo incluso el aprendizaje del cómo elegir una fruta o una verdura correctamente, saber si elegirla suave o durita, simplemente un anécdota más.
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